sábado, 6 de octubre de 2012

Vesubio




El Vesubio fue en una ocasión un joven, que vio a una ninfa preciosa como un diamante. Ella le arañó el corazón y el alma, no podía pensar en nada más. Respirando con más y más vehemencia se abalanzó sobre ella. La ninfa, abrasada por sus atenciones, saltó al mar y se convirtió en la isla que hoy se llama Capri. Al ver esto, el Vesubio enloqueció. Se irguió amenazador, sus suspiros de fuego se esparcieron, poco a poco se convirtió en una montaña. Y ahora, tan inmóvil como su amada, para siempre más allá de su alcance, sigue lanzando fuego y hace que tiemble la ciudad de Nápoles. ¡Cómo lamenta la indefensa ciudad que el joven no consiguiera lo que deseaba! Capri está en el agua, totalmente a la vista del Vesubio, y la montaña quema y quema y quema...
(Fragmento de "El Amante del Volcán")

1 comentario:

  1. Maravilloso relato. Capri mantiene un magnifico esplendor,se miran los dos
    Un abrazo

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